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Foto del escritorMarcelo Aguirre

Aprendiendo a serenar la mente


En nuestra vida cotidiana bulliciosa, acelerada y sobreestimulada por el uso constante de los medios masivos de comunicación, a menudo nos encontramos anhelando un momento de calma y paz interior. Pero no siempre somos conscientes de que la paz no está lejos, en un lugar lejano o en un estado mental extraordinario e inalcanzable, sino en el contacto consciente del aquí-y-ahora. Veamos, a continuación, algunas técnicas simples y poderosas para cultivar en nuestras vidas cotidianas un mayor estado de serenidad y paz.



Retornar a la isla interior


La milenaria práctica de la meditación sale, una y otra vez, al encuentro del universal anhelo de paz y serenidad, y nos ofrece un portal que transporta nuestro cuerpo y mente a un lugar tranquilo en el aquí-y-ahora, nuestra «isla interior» como decía el maestro zen, Thich Nhat Hanh (2012), un refugio siempre disponible, un lugar en el que podemos hallar la paz que tanto anhelamos.


Cuando desaceleramos, nos aquietamos y respiramos hondo conscientemente, no solo estamos oxigenando y relajando nuestro cuerpo, sino que también estamos creando un espacio sereno en nuestra mente. Volver una y otra vez a la respiración consciente es como presionar un botón de reinicio, lo que nos permite separarnos —defusionarnos— momentáneamente de nuestros pensamientos incesantes para volver a conectar con el presente en un estado mental de serenidad y lucidez.


Cuando nos sentimos abrumados por un flujo incesante de pensamientos que nos llevan al pasado o al futuro, tenemos a nuestro alcance la posibilidad de retornar a nuestra isla interior, nuestro refugio, la observación serena del momento presente.


Para practicar el acceso a la isla interior, realiza varias veces este ejercicio de respiración consciente (Mindfulness), mientras repites cada frase:

Inhalo hondo y reconozco que en mi interior hay una isla, un lugar seguro donde siempre puedo volver, donde hallo paz.
Exhalo lento y permito a mi cuerpo relajarse y a mi mente reposar.
Inhalo hondo... isla interior.
Exhalo lento... reposo.


Detener el flujo del pensamiento


En la terapia cognitivo-conductual (TCC) es bien conocida la técnica de parar el pensamiento, que consiste en:

a) Reconozco un pensamiento negativo —autocrítica, anticipación ansiosa, recuerdo doloroso, o cualquier otro pensamiento que genere malestar—; lo nombro, digo: «Pensamiento».
b) Y elijo conscientemente detenerlo: miro al pensamiento y le digo: «¡Basta!».
c) Seguidamente, cambio el foco de atención a alguna actividad que sea útil. Si el pensamiento retorna, repito el proceso, cuantas veces sea necesario.

Para potenciar los beneficios de esta técnica, luego de decirle "basta" al flujo de pensamientos nocivos, podemos respirar conscientemente: inhalar hondo, sostener el aire un par de segundos y exhalar lento. Estas respiraciones conscientes crearán una brecha, una breve pausa, en medio del flujo de pensamientos, lo que nos permitirá defusionarnos de ellos.



El poder el koan "Mu"


Otra herramienta poderosa para tranquilizar la mente discursiva consiste en el uso de koans. En la tradición del budismo zen, un koan es una pregunta o declaración paradójica utilizada para orientar la mente a trascender el plano del pensamiento conceptual, lo que finalmente conduce a un satori, una comprensión intuitiva de la realidad, más allá de nuestras limitaciones conceptuales.


Uno de los koans más famosos es la sílaba "Mu". Según un antiguo relato, este koan surgió cuando un estudiante le preguntó a un reconocido maestro zen si un perro también tenía la naturaleza de Buda. A lo que el maestro respondió: "Mu", un término cuyo significado no está del todo claro. A primera vista, esta respuesta del maestro le pareció absurda. Sin embargo, a medida que el estudiante meditaba en "Mu", se dio cuenta de que "Mu" representa la realidad en toda su simpleza y complejidad, aquello que está siempre más allá de nuestros conceptos dicotómicos como sí/no, bueno/malo, superior/inferior, mejor/peor, etc.


Al desafiar nuestros patrones regulares de pensamiento conceptual-dicotómico, un koan nos obliga trascender las limitaciones del pensamiento binario para ir directamente a la realidad tal y como es. "Mu" es "Mu". "Lo que es" es "lo que es". Aceptar la realidad tal y como es, más allá de nuestros conceptos y juicios al respecto, puede ser tremendamente liberador para nuestra mente que, de otro modo, podría quedar enredada en discursos internos, razonamientos, probabilidades, proyecciones, o simplemente atrapada en juicios parciales que, a veces, confundimos con la realidad.


Si pensamos en la mente como un cielo lleno de nubes, donde cada nube representa un pensamiento o una emoción, un koan actúa como una ráfaga de viento que dispersa las nubes, revelando el cielo claro y vasto que hay debajo: espacio, amplitud...

Cuando te sientas abrumado por discursos internos, cuando intentes en vano hallar explicaciones racionales a algo inexplicable, respóndete: "Mu". Y permite a tu mente descansar en "Mu", aceptar que lo que es es lo que es.

Hoy más que nunca nuestro mundo necesita hallar paz. Practicar vías de acceso a momentos de paz y serenidad, como estas, es una necesidad humana primaria; esto implica un ejercicio continuo y requiere un estilo de vida consciente.


Ojalá que estas tres estrategias sean de provecho para crear un estilo de vida más sereno, saludable y satisfactorio. Recuerda que para acceder más frecuentemente a un estado interior de lucidez y serenidad no necesitas magia sino práctica.


Hasta la próxima,

Marcelo Aguirre



Referencias:

  • Beck, J. S. (2011). Terapia cognitiva conductual: conceptos básicos y más allá. Guilford Press.

  • Kapleau, P. (1989). The Three Pillars of Zen. Anchor Press.

  • Thich Nhat Hanh. (2012). La paz está en tu interior. Practicas

  • diarias de Mindfulness. Espasa.


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